miércoles, 2 de octubre de 2013

"Mientras espero a que el café se enfríe , clavo la vista en la enorme ventana, tal vez por encontrar inspiración mientras veo a la gente pasar por las frías calles.
Y de pronto, el mundo se detiene en seco, y con él, el ruido del bar, los coches de la calle, la hoja que se cae de aquel árbol y el viento.
Porque estás ahí de pie, esperando un  taxi, y es como si el tiempo no hubiera pasado, o como si hubiera pasado y te hubieses estado arreglando desde aquel último día que te vi, porque estás obscenamente guapa. Ridículamente guapa. “Pongan-aquí-el-adverbio-que-quieran” guapa.
Doy un pequeño sorbo al incandescente café, sin apartar la mirada de ti, y me siento como uno de esos policías de las películas americanas, observando a través del cristal por el que puedes mirar y oír al sospechoso a punto de ser interrogado, mientras estudio tu lenguaje corporal y tu forma de ponerte de puntillas para ver si viene un taxi libre.
Y empieza el interrogatorio. 
Y me pregunto qué te parecerá el nuevo James Bond, tú que fuiste siempre tan de Pierce Brosnan. Me pregunto con quién beberás las copas ahora hasta las tantas y si sigues defendiendo que DINOSAURIO es una opción perfectamente válida como animal cuando juegas al STOP.
Me pregunto si seguirás oliendo a Nivea, si continúas diciendo que has perdido el móvil de cada restaurante del que sales, si sigues siendo tan nefasta jugando a las palas y si sabes que por fin me leí el puto libro de los Pilares de la Tierra y que tampoco me gustó tanto porque cada página me recordaba a ti y que me acabó dando igual la construcción de la catedral porque yo siempre fui más de empezar las casas -y las catedrales-  por el tejado. Como aquel tejado al que te daba miedo subir pero desde el que se veía todo lo que había que ver por la noche. Y tú me preguntabas por las estrellas y yo me inventaba los nombres, las historias y el origen de cada una solo para impresionarte. Siempre fui un farsante con gracia. Pero eso ya lo sabes.
Y me pregunto si te sigue poseyendo el espíritu megalómano y conquistador de Gengis Kan cada vez que juegas al Risk. Me pregunto si te sigue gustando Viggo Mortensen, las canciones de Norah Jones y beber el café frío. Me pregunto si sigues manteniendo que el helado en tarrina es una blasfemia y el cucurucho de chocolate, una excentricidad. Me pregunto si te seguirá extrañando que me guste Tom Waits. Me pregunto si alguna vez supiste lo que me encantaba que untaras la mantequilla a las tostadas y lo bien que te quedaba el olor a pan quemado.
Me pregunto si sabes que a veces te confundo por la calle con otras chicas y se me incendia algo en el pecho. Me pregunto si sabes que cada noche de verano que salgo porCañadío te imagino saliendo de un bar, con tu ron-cola en la mano, tan negro como tus ojos, como aquel vestido, como las piezas de ajedrez que siempre elegías y como el anillo que llevabas y que ya no llevas por lo que veo ahora con mis ojos, que no son negros ni falta que les hace porque con los tuyos nos vale, nos basta y nos sobra.
Me pregunto si sabes que soy yo el que escribe por aquí, si sigues llorando con los bodrios de Kevin Costner y si te imaginas que cada puta vez que oigo una canción de losSecretos me acuerdo de ti. Me pregunto si eres más de Facebook, de Twitter o de ninguno, si usas Blackberry o iPhone, si alguna vez has pensado que cuando te conocí no existía Youtube,  si te seguirá desesperando que no sepa jugar al mus, si tus pestañas siguen pareciendo juegos de mano de un mago y si alguna vez volverás a pedirme que te cuente historias de piratas.
Me pregunto si te acuerdas de cómo me indignaba cuando decías que preferías a Elton John antes que a Sinatra. Me pregunto si sabes que estoy convencido de que ves Gossip Girl y que jamás lo confesarías para que no te diera la brasa, tal y como te la daba por ver Sexo en Nueva York y no mis “series de intelectual”. Me pregunto si llegaste a hacerme caso y viste alguna. Y me pregunto si sabes que hace no mucho me tragué las seis temporadas de Sexo en Nueva York solo porque tú la veías. Me pregunto si sabes que no me gustó nada pero que soy mucho más de Aidan que de Big y que no soporto a la tal Miranda. 
Me pregunto si te acuerdas de cuándo hablábamos andando por Madrid de vivir en Nueva York y volar a Venecia, para beber vino francés, yo disfrazado de escocés y tú de geisha japonesa. Y me pregunto a quién coño querrías engañar tú de geisha, con esa piel de aceituna que tienes. Me pregunto si sabes que ahora me encantan los toros y que me acuerdo de ti cuando voy a Las Ventas. Me pregunto si sigues apostando a los caballos más flacuchos porque te dan pena. Me pregunto si sigues tan verbenas o si eres más de quedarte en casa. Me pregunto si sabes que todas las canciones hablan de ti (menos las de Pitbull). Me pregunto si sigues presumiendo de ganar a cualquiera a un pulso chino. Me pregunto si coincidiré contigo en una boda y si me pondré nervioso al saludarte o si me dará lo mismo. Me pregunto si sabes que las dos opciones me angustian por igual
Me pregunto si sabes que no hay nostalgia peor que añorar aquello que nunca jamás sucedió.
Me pregunto si sabes que te estoy viendo por esta ventana.
Me pregunto si sabes que no te voy a saludar y que me voy a quedar aquí sentado, viendo cómo te tocas el pelo, mucho más corto que como lo llevabas aquel junio que vivimos peligrosamente juntos.
Me pregunto si sabes que la vida son dos cafés. Un café como el cortado que me acabo de tomar. Así que ya solo queda uno. Y tú te has subido a ese taxi. Y tal vez no vuelva a verte en años.
Y me pregunto si sabes que eres mi jodida historia de amor. O mi historia de amor jodida.
Nos bebemos en los bares, querida."

jueves, 5 de septiembre de 2013

Daniel Valdés

Sí, sé lo que quiero
Prefiero morir vicioso y feliz a vivir limpio y aburrido. Prefiero encontrar una estrella en el fango a cuatro diamantes sobre un cristal. Prefiero que la estrella queme, sea fuego, a un tacto rezumante de frialdad. Prefiero besar el duro suelo veinte veces para llegar una sola vez a lo más alto a escalar poco a poco, sin caer nunca pero sin llegar jamás a la cima. Prefiero que me duela a que me traspase, que me haga daño a que me ignore. Prefiero sentir. Prefiero una noche oscura y bella, sucia y hermosa, a un montón de días claros que no me digan nada. Prefiero una cadena a un bozal. Prefiero quedarme en la cama todo el día pensando en mi vida a levantarme para pensar en la de otros. Prefiero un gato a un perro. Porque el gato te araña, es infiel, te ignora, se escapa, pero sabes que, a pesar de todo, no podría vivir sin ti. En cambio, el perro es tonto, no sabe nada, te obedece hasta el absurdo. Prefiero las mujeres gato a las mujeres perro, por las mismas razones. Prefiero el mar a la montaña. La vida es una noche tumbado en la playa, mirando las estrellas sin verlas, soñando despierto, dejando que la arena se cuele entre los dedos de mis pies, embriagado de todo. Y la noche, siempre la noche. Nunca la luz del sol. La noche es mágica. Me hace vivir, no pensar. Me pone en movimiento. Rompe mis esquemas. Prefiero las noches frescas de verano, andar con poca ropa, sentarme en el suelo y meterme algo de vida en el cuerpo. La mañana me sabe a dolor de cabeza. Me da sueño. Me quita las ganas de hablar. Me recuerda que soy mortal. Me recuerda que soy normal. La noche me hace único. Prefiero experimentar las cosas, aunque me hagan mal. Aunque me hiervan la sangre. Prefiero probarlo todo a morirme sin saber lo que me gusta. Y, más que nada, prefiero la vida que dan sus besos de caramelo y la suave caricia de su piel caliente.
Uno crece...
Imposible atravesar la vida… Sin que un trabajo salga mal hecho, Sin que una amistad cause decepción, Sin padecer algún quebranto de salud, Sin que nadie de la familia fallezca, Sin que un amor nos abandone… Sin equivocarse en un negocio. Ese es el costo de vivir. Sin embargo lo importante no es lo que suceda, sino como reaccionamos nosotros… Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes, vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar. Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe. Uno crece al aceptar la realidad y al tener el aplomo de vivirla. Crece cuando acepta su destino, y tiene voluntad de trabajar para cambiarlo. Uno crece asimilando y aprendiendo de lo que deja detrás… construyendo y proyectando lo que tiene por delante. Crece cuando se supera, se valora, y da frutos. Cuando abre camino dejando huellas, asimilando experiencias… ¡Y siembra raíces! Uno crece cuando se impone metas, sin importarle comentarios negativos, ni prejuicios, cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes… cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación, sensible por temperamento… ¡Y humano por nacimiento!.. Cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas, recoge flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levante el polvo. Uno crece ayudando a sus semejantes, conociéndose a sí mismo y dándole a la vida más de lo que recibe…. Uno crece cuando se planta para no retroceder… cuando se defiende como águila para no dejar de volar… Cuando se clava como ancla en el mar y se ilumina como estrella.
Entonces… Uno Crece!

jueves, 9 de mayo de 2013

Dicen que nunca es tarde y, a veces, tienen razón.

"No dejes pasar un solo instante más sin decirle a aquella persona que tienes a tu lado, cuánto la amas, no lo des por sabido, solo díselo... A veces es tan tonto pero tan necesario escuchar esas palabras tan simples.....Detente solo un momento a mirar tu alrededor, y piensa cuantas cosas diarias pasas por alto por verlas cotidianamente... Cuantos actos hacemos como reflejos y por inercia, sin prestarle la verdadera atención que se merece....
Una sola cosa... ¿alguna vez te pusiste a pensar, qué le dirías a esa persona si fuera la última vez que vas a verla?... ¿alguna vez pensaste en cuantas cosas dejaste inconclusas en tu vida y con la gente que te ama?
A veces vamos por la vida corriendo tanto que no nos damos cuenta que ese beso, esa caricia o ese momento compartido puede ser el último... porque solo tenemos el hoy, el presente, y es lo único que es real....
Vive tu vida aquí y ahora, deja los problemas de lado y abre tu corazón, deja fluir toda esa alegría que llevas escondida, dedícate a ser feliz tan solo un par de horas al día, y haz feliz a quien tienes a tu lado, la recompensa  te llenará el alma... Solo ama y sé feliz, AHORA!"

Pueh eso.

domingo, 28 de abril de 2013

'Dicen que lo jodido del amor es el frío y tú llegaste en invierno.'

He decidido hacerte esta carta porque mereces saber que nada es culpa tuya, simplemente todo ha cambiado y no sé decirme por qué. Te adoro pero no, no puedo seguir contigo. Lo cierto es que te he mentido y eso no es lo peor, lo peor es que llevo haciéndolo desde el primer día y lo más ridículo es que también me he mentido a mi misma, creyendo que por fin te había encontrado. Adoraba como pasabas de enfadado a enamorado en cuestión de segundos, me encantaba tu piel y tu olor cada vez que me abrazabas, adoraba el modo en que decías sí a todas mis locuras, no podía vivir sin tus abrazos, me encantaba cuando te burlabas de mis tonterías y eso te hacía estallar en mil sonrisas, disfrutaba sin hacer nada, matando el tiempo, paseando, adoraba tantas cosas de ti..
En cambio, ahora odio tus cambios repentinos de humor, detesto tu poca iniciativa y que digas sí a todo, me agobia que quieras estar siempre pegado a mí y me enfurece que te burles de mis cosas y encima te rías, me aburre estar sin hacer nada perdiendo el tiempo. Por eso no puedo seguir contigo, porque cometí ese error que comete todo el mundo, de creer que eras quien yo quería que fueras; de, sin conocerte, decirte que eras el amor de mi vida, de pensar que eras mi uno entre un millón porque eran más mis ganas de encontrarte que las de estar contigo. Pero no has sido tú el único engañado, yo también me creí que eras para siempre, que serías mi antes y mi después, lo que siempre había soñado. Sé que me volverá a pasar, me volveré a mentir, volveréis a parecerme todos los anteriores en insight y volverá a parecerme todo increíble. Me veo mintiéndome otra vez, equivocándome, pero ya no contigo, ya no contra ti.
Lo siento mucho, te deseo lo mejor.'


Nunca hicieron el amor durante horas. Ni toda la noche. Ni hubo orgasmos de esos que dicen, te hacen subir hasta las estrellas. Pero hicieron el amor muchas veces. En cualquier sitio. Hacían el amor con la mirada. Con los gestos. Con las palabras. Con el corazón. Se querían tanto que no les hacía falta una cama, ni siquiera estar en casa. Porque se querían tanto, que hacían el amor sólo con estar juntos en cualquier café. Hacían el amor a gritos y luego en silencio. Se desnudaban con la ropa puesta y hacían el amor con cada poro de su piel.
La última noche, se follaron.
Y ese fue el principio del fin. 

domingo, 3 de febrero de 2013

Si yo pudiera elegir cómo sentir a las personas de mi alrededor, elegiría enamorarme con toda la intensidad de la que soy capaz. Elegiría que, mientras esa pasión disminuye, debajo de ella creciera el sentimiento. Elegiría que ni yo ni el otro nos asustáramos de la desaparición de la pasión y que supiésemos enfrentarnos con el cambio de intensidad por profundidad...
Elegiría que ese sentimiento fuera amor y no sólo querer. Y, finalmente, elegiría que se diera la posibilidad de reenamorarme, de vez en cuando, de la persona que amo.

viernes, 1 de febrero de 2013

Me hace gracia que los hombres se pongan celosos de ciertas amistades:
“¿Por qué te escribe? ”
“¿Por qué te llama? ”
“¿Por qué comenta tus fotos? ”
“¿Por qué te pasa a buscar por tu trabajo?”
“¿Por qué os divertís tanto?”
“¿Por qué baila contigo toda la noche? “
¿Y sabes por qué? Porque si tú no me llamas, escribes, comentas, me pasas a buscar, me haces reír, o me sacas a bailar, alguien más lo va a hacer y yo, ¡encantada!

miércoles, 16 de enero de 2013

FM 107.3 Radio Caos.

Hay que estar atento a lo que te rodea porque a veces, de repente, algo puede alegrar tu día. Esta que estás por escuchar no es una canción, es la voz de la nieve derritiéndose en agua pura. Fuera de mi ventana solo veo coches veloces, motos alocadas, que dejan el tráfico atrás. He aprendido una pequeña verdad: el mundo te quiere rápido para que llegues a tiempo. Te quiere veloz para recordar solo el sonido de tu paso, y es por esto que cuando te acuerdas de que no vas a ningún lado, ahí es cuando aceleras.

domingo, 12 de agosto de 2012

La mejor defensa, es un buen ataque.

Estaba... Estaba pensando en ti. Estaba pensando en cómo te he echado de menos. Pero no durante estos últimos días. Si no siempre. Estaba pensando en que podríamos ser felices, en lo bonito que sería ser una pareja cualquiera, incluso aburrirnos en un sofá, mano sobre mano delante de la tele. Estaba pensando en lo bonito que sería discutir, decidir dónde ir de vacaciones, quizá no ponernos de acuerdo. Y en lo bonito que sería dejarte ganar... O no. Estaba pensando en que tenías razón. He perdido mucho tiempo. Pero lo más importante es que tengo ganas de amar, y tengo ganas de amarte a ti. 


Esta noche dime que me quieres.

martes, 26 de junio de 2012

Quedamos en hacerlo bien, quedamos en ser amigos. Acordamos guardar las distancias y no lo cumplimos. Se está quebrando otra vez y duele como granizo, mucho peor que caer, es caer siempre en el mismo sitio. Que suerte tienen algunos, les dura toda la vida. Lo bueno fue un momento, ahora me cuesta dormir, nadie me advirtió de esto, el día que te conocí. De no saber qué decir, para romper un silencio, a no quererte escuchar, del paraíso a los infieros. Tus cosas en mi cajón, mi ropa en una maleta, y una maldita canción, son lo único que nos queda. Que suerte tienen algunos, lo encuentran a la primera. 
Nadie me advirtió de esto, el día que te conocí.

Antes de que digas nada y rechaces todo esto de pleno. Dime al menos dónde puedo encargar a alguien como tú, igualito a ti, aunque sea una copia barata, lo daré por válido. Pero encárgate de que venga con todos tus defectos incluidos en el precio. Pídeles que me plagien tu esencia, y tu estúpida manera de reírte de mí. Que hagan una absoluta fotocopia de la forma que intentas ignorarme, y hacer con que me buscas a metro por encima de mi cabeza. Lo quiero igual de artista, con la misma iniciativa, no me importa pagar gastos adicionales. Diles que no escatimen en tus detalles, y que le jodan al copyright pero quiero calcadas todas tus palabras. Que no le cambien tu ideología, que siga sabiendo lo que quiere y hasta qué punto. Que le falten horas a sus días y que venga a robármelas a mí, aunque sea de madrugada. Pídeles que encuentren la fórmula que tienes para que me sea imposible pensar que hay algo más allá de ti y nuestra circunstancia. Aprovecha la oferta y exige que me lo envíen sin gastos de envío, con solo ganas de mí. Y si no es posible eso, pide al menos la garantía y asegura mi corazón a todo riesgo, porque últimamente está hecho mierda y no quiere ver a nadie que no seas tú.

jueves, 21 de junio de 2012


Un día, Meher Baba preguntó a sus mandalíes: - ¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas? 
Los hombres pensaron durante unos momentos.
 -Porque perdemos la calma -dijo uno-, por eso se gritan.
- Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? -preguntó Baba-.  ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía a Baba.
Finalmente él explicó:
- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego Baba preguntó:
- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente... ¿Por qué? Porque sus corazones está muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.
Baba continuó:
-Cuando se enamoran aún más ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se acercan más en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo.
Luego Baba dijo:
- Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más. Llegará un día en que la distancia sea grande que no encontrarán ya el camino de regreso.